miércoles, 26 de mayo de 2021

Guía práctica sobre cómo identificar las Inteligencias Múltiples en el aula

El uso de la teoría de las Inteligencias Múltiples y su inclusión en las escuelas requiere de la puesta en marcha de diversas estrategias metodológicas personalizadas que nos sirvan de ayuda para trabajar las diversas inteligencias con cada alumno/a en particular.

A continuación, os muestro una infografía donde podréis observar 6 estrategias o claves principales, recomendadas por el blog de aulaPlaneta (2015) para llevarlas a cabo en el aula.
Fuente: aulaPlaneta

En esta ocasión, y dado que el tema es extenso, me voy a centrar en la primera de ellas, la valoración de las inteligencias de los alumnos/as.

Flores (2015) destaca que la valoración de las inteligencias del grupo-clase parte del conocimiento de las inteligencias que los alumnos/as dominan y las que más trabajan en su día a día. Así mismo, dicha valoración va a permitir que se incida en aquellas inteligencias que tengan más desarrolladas y trabajar de forma específica las que no conozcan tanto.

Por este motivo, y basándome en la Guía práctica para educadores de Amstrong (2006), he creado una presentación en la que se recoge diversos aspectos importantes sobre la teoría establecida por Gardner en 1983 y también se pueden observar una serie de indicaciones que pueden servir de ayuda para identificar y evaluar el nivel de desarrollo de las I.M. en los alumnos/as.


Os he dejado más abajo, el enlace para que podáis descargar la presentación en formato pdf.

Descargar pdf

Así pues, también quisiera destacar que según Granado (2015), para llevar a cabo una valoración sobre las inteligencias múltiples de los alumnos/as se debe utilizar, principalmente, la observación sistemática. Se puede utilizar algún inventario de destrezas, como el que propuse en la presentación anterior, y realizar con cierta continuidad registros de lo que observamos en cada alumno/a. Cada uno de los niños y niños, objetos de valoración, serán observados con regularidad en la realización de actividades (actitud, entusiasmo, dedicación, dificultad, opiniones o preguntas que realiza, las respuestas o sus elaboraciones, etc.) en las tareas grupales e individuales, en el momento del recreo, en las excursiones, etc., con la finalidad de llegar a formar una imagen global de sus talentos y sus dificultades.

Además, se pueden emplear los registros anecdóticos, que consiste en anotar aquellas situaciones o sucesos especialmente relevantes que nos sirven para analizar y entender las disposiciones de los alumnos con respecto a las distintas habilidades. Ser sensible a estas situaciones permite descubrir áreas de interés, y seguramente cierta predisposición, en alumnos que seguramente hasta su familia puede desconocer. Además, también pueden salir a la luz posibles talentos ocultos.

Otro recurso es la evaluación colegiada de trabajos escolares. Ésta consiste en seleccionar alguna tarea realizada por el alumno que llame la atención porque pueda reflejar una disposición clara hacia cierto tipo de destrezas o, por el contrario, alguna dificultad, para presentar al grupo de compañeros del ciclo o nivel. El maestro o maestra en cuestión describe al alumno, el contexto en que realizó la tarea y lo que le llama la atención de la misma, para que sus colegas analicen a su vez qué puede reflejar esa producción del pequeño y qué prácticas pueden aconsejar para potenciar la habilidad en cuestión o utilizarla para compensar otra.

Asimismo, las entrevistas con las familias son otra fuente de información clave. Se puede invitar a madres y padres a describir lo que le gusta hacer o qué les disgusta a sus pequeños, en qué es habilidoso o en qué muestra dificultad, a qué le gusta jugar en casa, cuáles son las aficiones de los padres y hermanos que pueda observar el pequeño, su comportamiento en el parque frente a otros niños, su interacción con adultos o con sus propios hermanos, las curiosidades por las que pregunta y se interesa (“¿aquí qué pone?”, “¿qué hora es?”, “¿puedo ver las fotos de cuando era pequeño?”, “¿dónde se esconde el sol por la noche?”, “¿qué pasaría si...?”). También se puede proponer a la familia que observe ciertos comportamientos del pequeño en casa o que le permitan interactuar con ciertos materiales o juguetes (construcciones, puzles, instrumentos musicales, etc.) para completar dicha información.

De igual forma hablar con otros profesores que lo conozcan (del nivel anterior, profesora de lengua extranjera, monitores del comedor) nos puede proporcionar datos que ignoramos.


Referencias bibliográficas:

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