jueves, 27 de mayo de 2021

Inteligencia intrapersonal e interpersonal / Inteligencia emocional

Salovey y Mayer (1990), creadores originales del término “Inteligencia emocional”, recogen las inteligencias intrapersonal e interpersonal de Gardner en su definición básica de inteligencia emocional:

“habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad para regular las emociones proviniendo un crecimiento emocional e intelectual” (Mayer y Salovey, 1997, p. 4).

 Además, se expande en cinco dominios principales:

  1. Conocer las propias emociones. Para los autores, el conocimiento de uno mismo, de nuestros propios sentimientos es el pilar de la inteligencia emocional. El reconocer nuestros sentimientos nos da un mayor control sobre nuestras vidas.
  2. El manejo de las emociones. La inteligencia emocional no se fundamenta sólo sobre el autoconocimiento de nuestras emociones, ya que es importante también la capacidad de manejarlas de forma apropiada evitando los sentimientos prolongados de ansiedad, irritabilidad, etc.
  3. El motivarse a uno mismo. La capacidad de automotivarse, es decir, de regular las emociones al servicio de una meta es fundamental para prestar atención, conseguir dominar una dificultad y para la creatividad.
  4. El reconocer las emociones en los demás. La empatía es la habilidad relacional más importante, ya que supone la antesala del altruismo y comprende la capacidad de sintonizar con los deseos y las necesidades de los demás.
  5. La capacidad de relacionarse con los demás. Se refiere a la habilidad para la competencia social, que en buena medida implica el manejo de las emociones de los sujetos con los que se interactúa.

Un material que os recomiendo mucho para trabajar con los más pequeños es el siguiente cuento:

El monstruo de colores

Anna Llenas Serra

Editorial Flamboyant

+2 años

El protagonista del cuento es un monstruo muy simpático, que está hecho un lío con sus emociones y necesita la ayuda de una niña para poner un poco de orden y poder aclarar sus sentimientos.

Se trata de un cuento en el que la autora habla de las emociones de manera muy amena y accesible para todos/as. Cada una de las emociones principales (alegría, tristeza, ira, miedo y calma) está asociada a un color, lo cual permite que se asocie rápidamente y se entienda su significado.

Es probablemente de mis cuentos favoritos y el que más disfruto compartir con los pequeños (a partir dos años). Además, puede servir como centro de interés para algún proyecto o unidad didáctica y es bastante versátil.  

Si queréis adquirir el cuento, lo tenéis en formato pop-up, normal o cartoné.  

Así pues, en la web de la Autora, podéis descargar diferentes recursos complementarios al cuento, como botes para ordenar y clasificar cada emoción con un color y bote diferente y plantillas para colorear.

Por último, he creado un audiocuento que quisiera compartir con vosotros/as, como otro recurso que podéis emplear con los más pequeños, tanto en las escuelas como en casa y así, poder disfrutar de este relato tan bonito que nos invita, además de identificar las emociones, a “ponernos en los zapatos” de los demás.

 

Referencias bibliográficas:

  • Salovey, P. y Mayer, J. (1990). Emotional intelligence. lmagination, Cognition and Personality (9), págs. 185-211.
  • Salovey, P. y Sluyter, D.J., (1997). Emotional development and emotional intelligence: Educational implications. Nueva York: Basic Books.

miércoles, 26 de mayo de 2021

Guía práctica sobre cómo identificar las Inteligencias Múltiples en el aula

El uso de la teoría de las Inteligencias Múltiples y su inclusión en las escuelas requiere de la puesta en marcha de diversas estrategias metodológicas personalizadas que nos sirvan de ayuda para trabajar las diversas inteligencias con cada alumno/a en particular.

A continuación, os muestro una infografía donde podréis observar 6 estrategias o claves principales, recomendadas por el blog de aulaPlaneta (2015) para llevarlas a cabo en el aula.
Fuente: aulaPlaneta

En esta ocasión, y dado que el tema es extenso, me voy a centrar en la primera de ellas, la valoración de las inteligencias de los alumnos/as.

Flores (2015) destaca que la valoración de las inteligencias del grupo-clase parte del conocimiento de las inteligencias que los alumnos/as dominan y las que más trabajan en su día a día. Así mismo, dicha valoración va a permitir que se incida en aquellas inteligencias que tengan más desarrolladas y trabajar de forma específica las que no conozcan tanto.

Por este motivo, y basándome en la Guía práctica para educadores de Amstrong (2006), he creado una presentación en la que se recoge diversos aspectos importantes sobre la teoría establecida por Gardner en 1983 y también se pueden observar una serie de indicaciones que pueden servir de ayuda para identificar y evaluar el nivel de desarrollo de las I.M. en los alumnos/as.


Os he dejado más abajo, el enlace para que podáis descargar la presentación en formato pdf.

Descargar pdf

Así pues, también quisiera destacar que según Granado (2015), para llevar a cabo una valoración sobre las inteligencias múltiples de los alumnos/as se debe utilizar, principalmente, la observación sistemática. Se puede utilizar algún inventario de destrezas, como el que propuse en la presentación anterior, y realizar con cierta continuidad registros de lo que observamos en cada alumno/a. Cada uno de los niños y niños, objetos de valoración, serán observados con regularidad en la realización de actividades (actitud, entusiasmo, dedicación, dificultad, opiniones o preguntas que realiza, las respuestas o sus elaboraciones, etc.) en las tareas grupales e individuales, en el momento del recreo, en las excursiones, etc., con la finalidad de llegar a formar una imagen global de sus talentos y sus dificultades.

Además, se pueden emplear los registros anecdóticos, que consiste en anotar aquellas situaciones o sucesos especialmente relevantes que nos sirven para analizar y entender las disposiciones de los alumnos con respecto a las distintas habilidades. Ser sensible a estas situaciones permite descubrir áreas de interés, y seguramente cierta predisposición, en alumnos que seguramente hasta su familia puede desconocer. Además, también pueden salir a la luz posibles talentos ocultos.

Otro recurso es la evaluación colegiada de trabajos escolares. Ésta consiste en seleccionar alguna tarea realizada por el alumno que llame la atención porque pueda reflejar una disposición clara hacia cierto tipo de destrezas o, por el contrario, alguna dificultad, para presentar al grupo de compañeros del ciclo o nivel. El maestro o maestra en cuestión describe al alumno, el contexto en que realizó la tarea y lo que le llama la atención de la misma, para que sus colegas analicen a su vez qué puede reflejar esa producción del pequeño y qué prácticas pueden aconsejar para potenciar la habilidad en cuestión o utilizarla para compensar otra.

Asimismo, las entrevistas con las familias son otra fuente de información clave. Se puede invitar a madres y padres a describir lo que le gusta hacer o qué les disgusta a sus pequeños, en qué es habilidoso o en qué muestra dificultad, a qué le gusta jugar en casa, cuáles son las aficiones de los padres y hermanos que pueda observar el pequeño, su comportamiento en el parque frente a otros niños, su interacción con adultos o con sus propios hermanos, las curiosidades por las que pregunta y se interesa (“¿aquí qué pone?”, “¿qué hora es?”, “¿puedo ver las fotos de cuando era pequeño?”, “¿dónde se esconde el sol por la noche?”, “¿qué pasaría si...?”). También se puede proponer a la familia que observe ciertos comportamientos del pequeño en casa o que le permitan interactuar con ciertos materiales o juguetes (construcciones, puzles, instrumentos musicales, etc.) para completar dicha información.

De igual forma hablar con otros profesores que lo conozcan (del nivel anterior, profesora de lengua extranjera, monitores del comedor) nos puede proporcionar datos que ignoramos.


Referencias bibliográficas: