Salovey y Mayer (1990), creadores originales del término “Inteligencia emocional”, recogen las inteligencias intrapersonal e interpersonal de Gardner en su definición básica de inteligencia emocional:
“habilidad
para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la habilidad para
acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad
para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad para
regular las emociones proviniendo un crecimiento emocional e intelectual” (Mayer y Salovey, 1997, p. 4).
Además, se expande en cinco dominios principales:
- Conocer las propias emociones. Para los autores, el conocimiento de uno mismo, de nuestros propios sentimientos es el pilar de la inteligencia emocional. El reconocer nuestros sentimientos nos da un mayor control sobre nuestras vidas.
- El manejo de las emociones. La inteligencia emocional no se fundamenta sólo sobre el autoconocimiento de nuestras emociones, ya que es importante también la capacidad de manejarlas de forma apropiada evitando los sentimientos prolongados de ansiedad, irritabilidad, etc.
- El motivarse a uno mismo. La capacidad de automotivarse, es decir, de regular las emociones al servicio de una meta es fundamental para prestar atención, conseguir dominar una dificultad y para la creatividad.
- El reconocer las emociones en los demás. La empatía es la habilidad relacional más importante, ya que supone la antesala del altruismo y comprende la capacidad de sintonizar con los deseos y las necesidades de los demás.
- La capacidad de relacionarse con los demás. Se refiere a la habilidad para la competencia social, que en buena medida implica el manejo de las emociones de los sujetos con los que se interactúa.
Un material que os recomiendo
mucho para trabajar con los más pequeños es el siguiente cuento:
El monstruo de colores
Anna Llenas Serra
Editorial Flamboyant
+2 años
El protagonista del cuento es un monstruo muy simpático, que está hecho
un lío con sus emociones y necesita la ayuda de una niña para poner un poco de
orden y poder aclarar sus sentimientos.
Se trata de un cuento en el que la autora habla de las emociones de
manera muy amena y accesible para todos/as. Cada una de las emociones
principales (alegría, tristeza, ira, miedo y calma) está asociada a un color,
lo cual permite que se asocie rápidamente y se entienda su significado.
Es probablemente de mis cuentos favoritos y el que más disfruto compartir con los pequeños (a partir dos años). Además, puede servir como centro de interés para algún proyecto o unidad didáctica y es bastante versátil.
Si queréis adquirir el cuento, lo tenéis en formato pop-up, normal o cartoné.
Así pues, en la web de la Autora, podéis descargar diferentes recursos complementarios
al cuento, como botes para ordenar y clasificar cada emoción con un color y
bote diferente y plantillas para colorear.
Por último, he creado un audiocuento que quisiera compartir con vosotros/as, como otro recurso que podéis emplear
con los más pequeños, tanto en las escuelas como en casa y así, poder disfrutar
de este relato tan bonito que nos invita, además de identificar las emociones, a
“ponernos en los zapatos” de los demás.
Referencias bibliográficas:
- Salovey, P. y Mayer, J. (1990). Emotional intelligence. lmagination, Cognition and Personality (9), págs. 185-211.
- Salovey, P. y Sluyter, D.J., (1997). Emotional development and emotional intelligence: Educational implications. Nueva York: Basic Books.